Muchas veces a lo largo de las entradas que he publicado en el blog, he intentado dar una definición de mi mismo. Hasta ahora me había acercado mucho, a como me veo yo ante el mundo, pero me parece que me faltaba hilar mas fino. Este es un momento importante en la vida de una persona, y en mi caso no iba a ser diferente. Me siento feliz por haberlo descubierto y quería haceros participes de esa alegría.
Ocurrió el otro día mientras estaba esperando a que el semáforo se pusiera en verde. Es decir 90 segundos para ser exactos (segundo arriba, segundo abajo..). Un niño de unos 7-8 años le dijo a su madre : "Mama hoy la profesora nos ha dicho que su trabajo es enseñarnos muchas cosas pero que también quería divertirse con nosotros en clase.." No llegue a oír la respuesta de la madre, porque se fueron alejando de mi camino pero, en verdad, no me hizo falta. Se me ilumino la bombilla, que al parecer todos tenemos en la cabeza, me salio involuntariamente una sonrisa de oreja a oreja y camine mas feliz hacia mi destino. Había conseguido dar una definición de mi mismo. Y es que en las palabras de aquel niño tuve la respuesta que llevaba tiempo buscando. Lo que quiero decir es que dio en la diana de como quiero que la gente me conozca. Maestro porque me siento feliz educando a los demás, es lo que quiero hacer mi vocación mas autentica. Payaso, porque a decir verdad todavía no he dicho adiós a ese niño que todos llevamos dentro (despedida que me parece que nunca se debería de dar de forma definitiva) y intento siempre que a mi alrededor todos tengan motivos por los que sonreír. Esto es lo que soy, así es como quiero que me vean y así me presento. Soy Mikel Satrústegui Ollaquindia: Maestro por vocación, payaso por diversión.
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