Carolina era una niña de 8 años que soñaba, como todas las de su edad, soñaba en convertirse en una hermosa princesa, llevar vestidos muy largos y vivir en castillos encantados en mitad de un frondoso bosque. Sin embargo, sí que era la princesa de su casa, vestidos los que su madre había adquirido en la parroquia y en un castillo.....no vivía, pero desde su ventana se podía ver el letrero de un bar "Bar Medieval". Sus dos padres estaban en paro desde hacía meses, el banco estaba a punto de quitarles la casa y vivían ya exclusivamente de la generosidad de sus vecinos.
Carolina es de Sevilla pero lleva el nombre de su abuela, que era de Madrid. Le encantaba jugar en el parque y comprarse un helado en la tienda de "Doña Rocío", los mejores helados de Sevilla. Pero últimamente bajaban poco al parque y también se habían acabado esos helados tan ricos de vainilla.
Un día Carolina estaba en su habitación, ordenando las pocas cosas que le quedaban, cuando encontró unos zapatitos verdes que le había regalado su tío Paco el año anterior. Todavía le venían bien, porque se los había comprado muy grandes. Se puso su peto de flores, los zapatitos y sin decir nada se bajo al parque. Tenía un plan! En el parque se puso al lado de un árbol y empezó a bailar flamenco. Mientras cantaba una sevillana muy famosa. A su lado había colocado un cartel que decía: "La crisis es una señora que les ha quitado el dinero a mis papas. Con estos zapatitos quiero que vuelva su dinero y volver a verlos sonreír"
La gente al principio no se paraba, pero poco a poco se fueron parando y fijándose
en el cartel. Unos apoyaban a la niña y le echaban alguna moneda, otros pasaban
de largo sin darse cuenta. Los había que miraban pero no echaban nada, pues su situación
seguramente sería muy similar a la de Carolina. Ese mismo día también se había
convocado una manifestación para protestar por los recortes en educación y
varias cadenas de televisión locales se habían reunido para captar ese momento
de protesta. Un reportero fue a comprarse un helado en "Doña Rocío" y
cuando estaba a punto de entrar oyó la voz de una niña que cantaba una
sevillana muy famosa. Cogió su cámara e inmortalizo el momento. Después le hizo
varias preguntas a la niña y le aviso de que esa misma tarde saldría por la televisión.
"No tengo televisión"- dijo Carolina. Pero el reportero ya se había
ido.Esa misma tarde la historia de Carolina y su familia recorrió las televisiones locales y muy pronto las nacionales. Varias organizaciones decidieron ayudar. Al momento el país entero se agrupaba para apoyar a esta humilde familia de Sevilla. Y entonces se produjo el milagro.
La madre de Carolina consiguió trabajo como maquilladora en el canal de televisión que había grabado a su hija. El padre de Carolina consiguió trabajo como ayudante en la heladería de "Doña Rocío" y entonces pudieron hacer frente a los gastos y por fin consiguieron ver la luz al final del túnel. Parte del dinero que habían ganado por las apariciones de Carolina en televisión lo donaron a una asociación de Sevilla encargada de ayudar a familias en crisis.
Hoy Carolina celebra su 9º cumpleaños en un parque de atracciones con sus amigos. Es la primera vez que se siente como una autentica y verdadera princesa. Todo gracias a unos zapatitos de color verde, el color de la esperanza.
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