Que estaba pasando un dia como hoy en....



lunes, 21 de enero de 2013

Sigue habiendo buena gente por el mundo



   Que no os asuste el titulo de la entrada....ya veis que hoy he empezado fuerte. Pero la verdad, es que parece que las buenas formas se han ido perdiendo entre aglomeraciones de actitudes que nos alejan mucho de lo verdaderamente humano de la persona.  Es vedad, pones las noticias y la mayoría de ellas son por catástrofes, violencia de género, robos, detenciones, corrupciones.....escuchas la radio y las emisoras suelen traer malas vibraciones y no digamos ya, la prensa o las revistas que nos compramos cada día. Parece que nos "gusta”, escuchar las cosas malas que pasan por el mundo, que nos enganchan más que nada y que no podemos empezar el día sin escuchar alguna desgracia.  Nos encanta el morbo que producen esas noticias.

    No digamos ya la violencia de algunos videojuegos, algunos anuncios, películas de éxito mundial....que las vemos como algo normal y en el fondo está plagado de todo lo que he dicho anteriormente. Todo ello está provocando que la buena gente se empieza a contar a cuenta gotas, y nos parece que los buenos son los tontos y los malos los mejores.  Por supuesto esto no pasa siempre, pero existe un dato revelador que no nos permite obviar la realidad en la que nos desarrollamos. No voy a empezar a hablar aquí de cifras, porque no tendría ningún sentido, pero si me gustaría que reflexionáramos un poco sobre esto.


    El otro día iba dando un paseo por Pamplona y me cruce con tres gestos de humanidad por la calle. El primero lo vi cuando un joven, de entre 20-25 años le ayudo a una señora mayor a cruzar el paso de cebra; para que luego digan de la gente joven. Un poco más adelante vi una mujer que se le había caído un pañuelo que llevaba en el bolso y al momento un señor mayor lo recogió y se lo dio con una sonrisa; el último fue de un niño que oí como le pedía a su madre una moneda para un hombre que tocaba el violín en la plaza.  Pequeño gestos que me hicieron tener esperanza, que me permitieron ver rayos de Sol en nubes de tormenta que hicieron que por un momento me diese cuenta de que sigue habiendo buena gente por el mundo.

 

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