Porque ningún niño debería estar triste en Navidad

   
       Cada noche de Navidad se repetía la misma historia, durante 12 años celebraba la noche más mágica del año en aquel orfanato que tímidamente le llamaba hogar.  Tomaban una sopa fría, una pechuga de pollo con patatas y un pudín de frutas silvestres.  Lo servían siempre como si fuera el mayor festín jamás cocinado, pero lo cierto es que no acababa de llenar el vacío que muchos de esos niños sentían por dentro.  Después de la comida cantaban algún villancico, se lavaban los dientes y se acostaban. Por la mañana la única sorpresa era que desayunaban tres galletas en lugar de dos.  

  Cada año eran menos niños, niños que encontraban una familia de acogida, que albergaban una esperanza de una vida mejor.  Un día uno de los monitores del centro vio a un niño llorando :

   'Papa Noel no te volveré a pedir una familia pero al menos podrías pasar por el orfanato para que te podamos ver con tu trineo y tus renos. Sólo si puedes, gracias". 

   Aquel joven vio en las lágrimas del niño, emociones encontradas de una niñez en la que el si creció en el fuego de un hogar.   En ese momento se le ocurrió una idea. Durante todo el año, recogió todos los juguetes que las ricas familias tiraban, por las noches los arreglaba y los envolvía en regalos.  El 24 de Diciembre lo tenía todo preparado. Aquella noche, la sopa llevaba letras y se sirvió caliente, el pollo tenía una pinta increíble y la ración de patatas fue generosa.  Los niños incluso repitieron el pudín, tres veces!!!!.  Cantaron villancicos en todos los idiomas y se prepararon para ir a la cama. Entonces oyeron unos ruidos en la entrada y todos corrieron hacia ella.  Papa Noel les esperaba con una sonrisa de oreja a oreja, fue repartiendo regalos a todos los niños y los niños por primera vez lloraron de alegría. Estuvieron jugando un buen rato antes de ir a dormir. Fue la mejor noche de Navidad de todas!!!

    Tres años más tarde aquel monitor se ajustaba de nuevo el traje de Papa Noel, esta vez tenía un regalo especial. A partir del día siguiente, uno de aquellos niños dejaría de ser un huérfano y se convertiría en hijo suyo.  Estaba radiante de felicidad, aquel niño vería cumplido su sueño después de haberlo pedido durante tantos años. 

   Hoy aquel niño es el fundador de una organización, que se encarga de llevar ilusiones a aquellos niños que no pueden tener una Navidad como la de los demás.  Porque ningún niño debería estar triste en Navidad , si un adulto puede hacerle feliz cumpliendo sus sueños. ....