Que estaba pasando un dia como hoy en....



domingo, 27 de octubre de 2013

Un corazón más pequeño, que late más fuerte

 

   Capítulo 5 : Un héroe en silla de ruedas

     Miguel tiene 12 años, y esta empezando a entrar en el caótico mundo de la adolescencia.  Como cualquier adolescente en potencia esta empezando a cambiarle la voz, a producirse cambios en su cuerpo, a no contarle a sus padres todo lo que hace con sus amigos, a pedir un móvil porque es la moda entre todos sus amigos del colegio.  Vamos la etapa conocida como "la edad del pavo".

   Sin embargo desde hace tres años, la vida de Miguel dio un vuelco de 180 grados.  Ocurrió una tarde de verano, cuando circulaba con su primo en bicicleta por una calle cercano al barrio donde vive.  Su primo le propuso hacer una carrera hasta la casa y Miguel aceptó de inmediato.  Llegaron a un paso de cebra y lo cruzaron a pesar de que quedaban pocos segundos del camino del muñequito verde del semáforo.  Su primo paso a tiempo pero el no tuvo tanta suerte. Un coche que iba a mucha velocidad no pudo parar a tiempo y choco de lleno con el manillar de la bicicleta de Miguel.   Este salió disparado por los aires y aterrizo a cierta distancia. Al momento una multitud se acercó y consiguieron hablar con la madre y le llevaron enseguida al hospital. Fue una intervención que mantuvo en vela a Gloria y Gonzalo durante varias horas. Unas horas que temieron por la vida de su único hijo.

  Afortunadamente Miguel venció al destino y consiguió ganar la partida a la muerte. Sin embargo aquella vuelta le costó un precio y este fue un palo duro para todos. Cuando el médico les comunico la noticia de que Miguel había perdido la movilidad de sus extremidades inferiores, Gonzalo vio en la cara de su hijo el espejo roto de su alma.  Le dejaron descansar y pasaron los siguientes días de ingreso en el hospital, sin hablar del tema.  Compraron una silla de ruedas, al verle sentado por primera vez , Gloria lloro intentando ocultar las lágrimas a su hijo. Su marido no supo como
consolarla, pero entonces Miguel cogió la mano de su madre y le dijo <Mama, no te preocupes si tu lloras no podré ver esa sonrisa que iluminará mi camino, no llores ¿vale?>. Gloria se secó las lágrimas, miro a su hijo , sonrió como pudo, y le dijo que todo estaría bien que ya era hora de volver a casa.





  Durante estos años han pasado muchas cosas, muchos cambios pero poco a poco todos van volviendo a la normalidad o al menos a la normalidad que se puede tener en una situación como esta. Hoy Miguel tiene partido de fútbol en el patio del colegio, esta muy nervioso porque es la final del campeonato. Como va en silla de ruedas su padre le ayuda a mover la silla para coger el balón y para lanzar a puerta le dejan usar las manos, aunque el lo intente siempre primero con los pies.  Comienza el partido y el balón empieza a viajar por el terreno de juego. Cuando llevan pocos minutos jugando, un compañero cae al suelo y se lleva la mano a la pierna sin aguantar el dolor. Miguel no se lo piensa dos veces, utiliza sus brazos para mover las ruedas y se dirige hasta su compañero. Se baja de la silla y se la cede a su compañero y amigo. Al momento el padre del chico toma la silla y lleva a su hijo a la enfermería.  El médico le hace una revisión y le dice que al poder venir tan rápido se recuperara
pronto y no le quedara secuela alguna. <Sólo te quedara alguna pequeña cicatriz pero todo bien>.

  Al final el equipo de Miguel pierde el partido. Pero todos corean su nombre. Se ha convertido en el héroe del partido y a marcado uno de los goles más importantes. El de la amistad y el compañerismo.

   Miguel es un chico que va en silla de ruedas. El ve la vida desde otra perspectiva, el estar sentado no le imposibilita descubrir y conocer las maravillas que nos regala el mundo. Sólo necesita que alguien le dirija la silla por el camino correcto. El camino reservado a los héroes y el lo es.








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