Capitulo 3: "Soy aventurero no puedo parar quieto"
Marta y Guillermo son una
pareja de clase media, que vive en un modesto apartamento a las afueras de
Barcelona. Tienen dos hijos, Laura la mayor con 16 años y Pablo de 11 años. La adolescencia hace mella en el carácter de Laura y aunque, ambos
son docentes en secundaria, muchas veces no saben cómo hablar con ella. Las
discusiones por tonterías en casa, están últimamente a la orden del día.
Y luego esta Pablo.
Desde que Pablo nació, Marta
ya veía que su hijo se comportaba de forma diferente a los otros niños/as de su
edad. "Es un niño muy movido, eso es todo", le decían sus amigos y familiares más cercanos. Pero ella no acababa de convencerse del todo.
Paso la educación Infantil y los primeros años de Primaria y Pablo seguía
"muy movido", los profesores les decían que no pasaba nada, pero ella
veía que su hijo de despistaba con cualquier cosa y esa inquietud no hacía sino
ocasionarle algún que otro "problema" en su proceso de aprendizaje.
No podía estar concentrando jugando durante mucho tiempo al mismo juego.
Sus compañeros solían asustarse cuando le veían moverse, a veces
sin descanso y por todo el aula, interrumpiendo el ritmo de la clase.
Estaba en clase y enseguida se imaginaba que recorría el mundo en busca
de tesoros escondidos y los problemas de matemáticas se iban alejando cada vez más.
A la hora de hacer ejercicios de coordinación le costaba más que sus
compañeros y no solía fijarse en los detalles porque siempre quería acabar
todas las tareas lo más pronto posible para hacer otra cosa.
Un día la profesora de Pablo les
envió una nota para tener con ellos una entrevista. A la entrevista también
acudió el orientador y psicólogo del centro. A la pregunta del
especialista a Pablo de porque iba corriendo siempre a todos sitios, este le
dijo "soy aventurero, no puedo parar quieto". Después de una serie de
pruebas y de evidencias más que suficientes, Marta escucho lo que llevaba
tiempo viniendo llegar: "Marta, Guillermo, su hijo Pablo tiene TDAH, un
trastorno por déficit de atención e hiperactividad".
Estuvieron hablando
durante horas, sobre los indicios, los comportamientos más habituales y la
forma más correcta de compaginarlo con una vida lo mas normalizada posible.
Lo que hicieron fue convertir esa inquietud en una forma diferente de
enfrentarse a la realidad. Esas ganas de explorar el mundo, en
herramientas para bucear en los aprendizajes que le llevarían muy lejos. Desde
ese día Pablo empezó un tratamiento en el que tiene que tomarse una
"vitamina" que le ayuda a ordenar mejor sus ideas, a inventar mejores
formas de encontrar tesoros y a encontrar el verdadero tesoro en la aventura de
aprender. Hoy todo lo ve más ordenado.
El día que no se toma la pastilla, él
lo sabe, las cosas salen del revés y le cuesta mucho concentrase en su
itinerario de ruta; sabe que tiene algo que le diferencia de los demás niños y
por eso se siente especial, pues está claro que él ha llegado al mundo para
convertirse en un explorador de tesoros, por eso necesita ser mas
"inquieto" que los demás niños. Ahora sus compañeros entienden porque
a veces se mueve más de lo normal, o porque mira el techo, la puerta, los
percheros, en lugar de mantener la vista fija en la pizarra donde la profesora está
dando la lección del día.
Ahora Marta y Guillermo entienden mejor a su
hijo, por eso cuando su hijo Pablo sale al parque a jugar con sus amigos a
jugar al fútbol, a pillar o a encontrar tesoros, sabe que ella un día recibió
el mayor y mas grande de los tesoros. Su hijo Pablo es aventurero, es diferente
tiene TDAH y no puede estar más contenta y mas orgullos de él.
Espero que os haya gustado el nuevo capítulo.
Pronto llegara un nuevo capítulo de "Un corazón más pequeño, que late más
fuerte".
No hay comentarios:
Publicar un comentario